La evaluación del abuso sexual infantil desde la perspectiva psicológica forense

      Resulta interesante discutir la visión de la evaluación del abuso sexual desde una perspectiva forense contemporánea, autores como Scott, et al (2014),  defienden la idea de que si bien la psicología forense recurre a modelos clínicos para explicar algunos aspectos relacionados con el comportamiento humano; la exploración del impacto psíquico asociado a experiencias de abuso sexual infantil deben fortalecer rigurosidad científica, entendiendo que existen situaciones contextuales desde la visión forense que en el ámbito clínico no se contemplan.

      De acuerdo con Scott, et al (2014), la evaluación pericial psicológica de abuso sexual infantil se centra en el daño psíquico el cual se sustenta bajo el modelo traumatogénico (Finkelhor, 1979Summit, 1983, como se citó en Echeburúa y Corral, 2006), y que expone la respuesta del individuo ante el evento traumático desde el rol de víctima de lo cual resulta el desequilibrio de su estado psicológico previo y la generación de una huella psicopatológica. A partir de lo anterior, se ha fortalecido el interés por estudiar la victimología del desarrollo, que de acuerdo con Finkelhor, (2007, como se citó en Scott, et al, 2014), considera dos áreas dentro del estudio, el análisis del riesgo de victimización y el análisis del impacto de la victimización en diferentes estadios del desarrollo. El estudio de las consecuencias del abuso sexual infantil se ha enmarcado en un orden cronológico de corto y largo plazo, dentro del cual se establece la afectación de las diferentes áreas de funcionamiento y los efectos en el bienestar individual (Subijana y Echeburúa, 2018). Lo anterior, parte de estimados clínicos enfocados en la intervención asistencial en el marco del tratamiento de las víctimas; que se han extrapolado al ámbito forense, generando una lógica de actuación  frente a la identificación de indicadores psicológicos que acreditarían la ocurrencia de un evento de abuso sexual infantil; no obstante, estas bases teóricas, están siendo cuestionadas desde el campo forense, hasta el punto de ser desestimadas para probar casos de abuso sexual en los contextos penales; debido a que existen múltiples investigaciones que han demostrado los diversos mecanismos de respuesta del individuo para afrontar eventos traumáticos; dentro de esas respuestas se encuentran habilidades resilientes y de afrontamiento que permiten la no generación de efectos emocionales, sociales, físicos; por lo que sólo un grupo de personas desarrollan un cuadro clínico traumático con secuelas a corto y largo plazo (Bonano, et al, 2011).

      De acuerdo a lo anterior, el proceso metodológico para detectar el abuso sexual infantil debe generarse a través de estrategias multi método,  dentro de las cuales esté incluido el análisis del testimonio para revisar a través de un proceso riguroso aprobado por la comunidad científica su credibilidad; todo ello, debido a que basarse únicamente desde el modelo traumatogénico condiciona el trabajo por hipótesis, limitando la visión de posibilidades que lleven a generar un proceso con base científica y minimizando los niveles de validez convergente (Presentación, et al, 2014). El análisis del testimonio resulta fundamental para desarrollar una evaluación completa de los abusos sexuales en menores; por lo que en el ámbito de la psicología forense se han desarrollado múltiples técnicas que permiten estudiar la calidad del relato y la validez del mismo.

Sara Gómez

Please enter a valid URL

Deja una respuesta